Después de un par de años, reabro este blog, que fue creado con la finalidad de difundir un proyecto personal, que se convirtió en empresa y que por esos avatares de la vida quedó en "stand-by". Este espacio a partir de la fecha tendrá mucho más de mí, sin dejar de lado mi fascinación por el clown, también intentaré navegar por diversas disciplinas del arte y su influencia en la educación de niños y adultos. En este espacio dejaré salir a la maestra, a la mujer, a la hija, a la madre-en proyecto, a la facilitadora, a la escritora, a la poeta, a la fotografa, a la pintora, a la creyente. Mi vida ha estado plagada de una gran búsqueda espiritual y personal, que aún sigue tratando de ubicar su puerto. Sin embargo, en este camino de crecimiento he descubierto que el arte, en todas sus expresiones, a ejercido un efecto sanador en mi, y en mucha gente que me rodea. Por eso me he convertido en una investigadora incansable de las terapias del arte, en una cultora de la palabra, una melómana, una investigadora de todo aquello que nos produce emociones, que acelera palpitaciones, que nos roba una sonrisa del alma y que nos ayuda a ser mejores seres humanos.
No se sorprenda si de repente encuentra un poema, la letra de una canción que quizá conoce, un reportaje, una columna de opinión, una invitación a una muestra de arte, una imagen, una carta.
Perdóneme, si un día este blog funge de "diario personal", o es un puente para "declararle" mi amor a alguien, o recordarle a otro "que fué inolvidable". Si otro día encuentra un cuento para niños, no se asuste. Esta autora reserva un pedazo especial para los "niños". Si encuentra un poema de amor desgarrador, no se preocupe, la autora no se "mata" por amor, "vive" para el mismo. Bajo ninguna circunstancia, crea que ando siguiendo los pasos de mi adorable pirata "Alfredo Bryce", si en lugar de escribir prefiero compartir un escrito de "otros", vale decir, hacer un "copy-paste",le avisaré con anticipación y pondré los créditos del autor. Las aventuras culinarias desde una perspectiva literaria estarán permitidas y si son afrodisiacas, mejor aún.
No sé si escribo bien, en realidad creo que "no". Sin embargo, necesito escribir tanto como respirar, como comer deliciosamente, como amar como si nunca me hubieran echo daño, como vivir. Me siento demasiado feliz haciéndolo, por eso lo invito a una travesía a mi Isla de Gilligan. ¿Se apunta?
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