Hay una poeta/poetisa/ buceadora de almas que me obsesiona ultima mente. Se llama Alejandra Pizarnik. La descubrí casualmente, como todas las cosas buenas que me pasan en la vida. Una ex-rea acusada de parricidio la mencionó como su autora favorita. Como me encanta hurgar en detalles quise saber que clase de poesía podría ser leída por una persona con esos antecedentes penales. Me encontré con una bomba de palabras hermosas, frases mágicas, indescriptibles, precisas, certeras, humanas, divinas.
Googleenla, descubranla, amenla, ya no es de este mundo, pero sus palabras vinieron para quedarse. Vi su imagen, me ví en ella. Recité sus poemas, me erizaron la piel.
"...¿Y quien no tiene un amor?"
¿Y quien no goza entre amapolas?...
¿Y quién no posee un fuego, una muerte,
un miedo, algo horrible,
aunque fuere con plumas
aunque fuere con sonrisas?
Prometo contarles más de ella, a mi modo.
Y A pesar que el dolor y la angustia son la fuente de inspiración de la obra poética de Alejandra Pizarnik. Su poesía, por alguna razón inexplicable, me devuelve la simpleza, me regala inocencia, me remonta a una niñez feliz, que dicen tuve, pero que yo no recuerdo.
Mirenla, ¿no es bella? Jugando con sus muñecos de papel. Los mismos que tengo entre mis manos.
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